Ya desde antes de llegar a El Calafate me empezaron a contar de las propiedades de Cristina Fernández, los amigos de Cristina Fernández y las precarias relaciones laborales que se mantienen en sus empresas.
Todavía no conocí a nadie con obra social y aportes jubilatorios.
La obra pública municipal es una gran estafa, pero todos muerden lo que pueden para sobrevivir. Tanta parece ser la influencia de la familia Kirchner en esta ciudad, que he decidido llamarla El Kalifato.

Llegué al kalifato a dedo. Primero en un camión de mudanza con el que salí de Ushuaia, pasé por Tolhuin, Río Grande y San Sebastián, ahí hicimos aduana para salir de Argentina y pasar a Tierra del Fuego pero del lado de Chile. Paramos en Cerro Sombrero, después nos subimos a la barcaza para cruzar el estrecho de Magallanes, porque Tierra del Fuego es una isla.
Comimos algo en un restaurancito chileno: carne hervida con papas y de postre unas ciruelas en almíbar con algo de maiz que no me gustó.
Dormimos antes de hacer aduana para entrar a Argentina de nuevo, después pasamos por Río Gallegos, donde tuvimos que esperar 3 horas a que abra la aduana para desprecintar la carga (te ponen un cierre de metal en las puertas de atrás, para evitar el contrabando). Dicen los camioneros que el juego de abrir tarde la aduana es para que los empleados puedan cobrar horas extra.

Luego el camión de mudanza me dejó pasando el cruce de la ruta 3 (la que va desde Ushuaia hasta la plaza del Congreso en Buenos Aires) y la ruta 5, que va para Calafate. Ahí me puse a hacer dedo hasta que me levantó una camioneta de Vialidad Provincial. «El oreja» me contó sobre la reserva Tehuelche llamada Camusu Aike y de su amistad con el cacique Sacamata.
Vi que hay unos libros del cacique, los voy a comprar.
Oreja me dejó a 32km del kalifato, porque él doblaba para el lado de El Chaltén. Ahí estuve haciendo dedo como una hora hasta que una F100 me llevó en la cajuela la distancia que faltaba para encontrarme con mi amigo David, después de no verlo por 16 años.

La semana que viene voy a ir al Glaciar Perito Moreno, por ahora estuve paseando por el lago y pro la ciudad.
La zona céntrica de la ciudad no es especialmente linda, aunque hay algunos edificios hechos de madera y otros decorados con motivos indigenoides que aportan bastante.
Ahora estoy en un bar literario llamado Bórges & Álvarez, en referencia a un personaje de Olmedo. Todo el bar está decorado con citas de libros escritas en pizarrones de tiza, es muy agradable.