Pensando en iniciativa de fortalecimiento cultural con el pueblo Kuna Tule que lleva adelante La Fundación Azul en Colombia armé esta recopilación de textos míos que apuntan al tema de la web para pueblos originarios.
Primero presento una serie de artículos básicos sobre como pienso el desarrollo de un sitio web, si bien están orientados a cualquier organización en general, plantean algunas cuestiones básicas y están escritos en un tono didáctico:
Ahora, yendo más al detalle del tema pueblos originarios, en mi artículo Los excluidos de la web planteo la cuestión del cuerpo y la web. Siendo que la sociedad occidental está basada fuertemente en una biopolítica característica, en la cual se nos enseña a permanecer quietos en espacios reducidos haciendo tareas repetitivas durante largos períodos de tiempo (por ejemplo en la escuela, fábrica, cárcel y oficina), la computación no ha conseguido escapar aún a este paradigma descrito originalmente por Michael Foucault.

¿Qué pasa con el cuerpo al usar una computadora?

  • Inmovilidad
  • Sentado
  • Mirada fija hacia adelante 
Si bien los dispositivos móviles están haciendo posible que la web sea una experiencia al aire libre o en movimiento, recién se está empezando a concebir una web móvil.
Es importante notar que:

Para poder hacer cosas significativas en esas condiciones es necesario olvidarse del propio cuerpo y su ubicación y tener una gran capacidad de pensamiento abstracto.

Es decir que el problema mayor no es el acceso al hardware (como parece plantear el programa OLPC) sino el entrenamiento del sujeto en la práctica de la alienación y de la comunicación en ausencia.
Es decir que las razones para no poder acceder a un sitio web…

…no tienen nada que ver con recursos escasos o patologías que la persona pudiera padecer, sino con un cualidades de la subjetividad, que no son deficiencias sino diferencias.

Otra cuestión importante es que, como las computadoras suelen estar pensadas para ser usadas por una sola persona a la vez:

cada vez que nos invitan a usar un sitio web, nos invitan a aislarnos físicamente de los demás.

Entonces recomiendo tener cuidado con el tipo de actividades que se proponen, esto de invitar a la gente a usar una computadora puede ser riesgoso, ya que el impacto cultural que tienen puede ser nocivo o degradar los mismos valores que se intentan preservar y difundir en un proceso de fortalecimiento cultural.Recordemos que las cosas hechas en la web no llegan a todos, sino sólo a los que usan la web, que, dependiendo del territorio, suele ser un porcentaje reducido. En argentina es un 50% de la población el que tiene acceso a internet. A nivel global, sólo un 30%.

El punto más importante aquí es que en la apropiación de tecnologías, si uno no define su propio juego, termina jugando el juego del otro. Y en el caso de la web, hay un juego macabro que tiene que ver con acaparar la información, con ser puerta de acceso a la información, con la censura y con la vigilancia.
En mi artículo No todos se dejan controlar por las redes sociales  uso un concepto de Walter Mignolo para plantear una problemática con respecto al diseño de facebook:

Diseño local, impacto global

Los diseñadores de Facebook definen los datos y el diseño del perfil en base a unas pautas intrínsecas a su cultura (que es también la cultura hegemónica a nivel global).De hecho admiten que «todas las pruebas se realizan in situ en Palo Alto, California, y los participantes deben encargarse de organizar el viaje.»Al no investigar otras culturas para ver cuáles son sus formas de representar la identidad aportan a la marginación de las mismas, impulsando a mucha gente al abandono parcial de su cultura nativa por necesidad, o por una necesidad creada.

Es decir: Al usar herramientas pensadas para otra cultura, se corre el riesgo de que se desdibuje la peculiaridad de la propia cultura.
Sin embargo, la propuesta del pensamiento fronterizo, también de Mignolo, es la que nos habilita a pensar, justo en la etapa de implementación de un proyecto, cómo aprovechar las tecnologías a nuestro favor y no a favor de sus creadores.
Es en la etapa de conceptualización y de adecuación tecnológica en la que se pueden mitigar los riesgos de los que vengo hablando, ya que por medio de las decisiones conscientes podemos ser conscientes de los riesgos que corremos y a la vez proponer soluciones.
Para tomar este tipo de decisiones hace falta un trabajo conceptual importante, por eso en los artículos que enlazo al principio describo en lenguaje simple los componentes de una web, para poder tener una base común sobre la que charlar estos temas.
Este extracto de mi artículo «La colonialidad de la web» abunda un poco más sobre lo que ya venimos hablando:

La responsabilidad de los diseñadores
Cuando se empieza a planificar el desarrollo de una herramienta informática, como puede ser un sitio web, se tiene una imagen de la persona que va a utilizarla y de cómo esta herramienta sirve para su vida. Muchas veces esta idea está implícita, porque no se ha debatido, es lo que algunos autores llaman “diseñar por defecto”, de esta forma es imposible que se contemple la diversidad de los usuarios que van a utilizar la aplicación, y por lo tanto es imposible que se los respete, ni intelectual ni culturalmente.
Una buena estrategia para lograr que se tenga en cuenta esta diversidad es aplicar las llamadas técnias de diseño centrado en el usuario, que incluyen investigaciones etnográficas en las cuales se busca conocer a los usuarios de una aplicación para poder hacer un diseño que maximice su utilidad para su público objetivo.
En particular lo que se busca entender es lo que el psicólogo norteamericano Donald Norman llama “modelo mental”, que es la estructura mental que el usuario usa para describir la tarea que quiere hacer y bajo la que intentará operar el sistema. Una vez conocida se puede intentar achicar la brecha entre el modelo manifiesto en la interfaz de la aplicación y el modelo mental del usuario.
Una reflexión profunda sobre este tema nos llevaría a cuestionar la efectividad de la web como solución a los problemas, y a descartarla en muchos casos, es por eso que muchos creen que el futuro no está en la web, sino en la “internet de las cosas”, una visión futurista en la que los objetos cotidianos interactuarán entre ellos y publicarán automáticamente información a la red y sólo nos presentarán esa información en el contexto en que más útil nos sea, cambiando de esta manera algunas de las disciplinas del cuerpo de las que hablamos al principio.
Si hay una posibilidad para el pensamiento fronterizo, está en el momento en que los diseñadores se acercan a los usuarios finales para aprender de ellos, este es el momento en el que podemos evitar la aplicación de un diseño basado en una historia de otra localidad.
Igual cabe cuestionar cuáles son los mejores métodos para ese acercamiento y cómo conseguir que se apliquen en cada caso.

Y aquí se plantean algunos problemas políticos y propuestas de solución:

¿Cómo apropiarse de la web? Una propuesta para cada limitación.

Para acceder a la web se necesita equipamiento y dinero y para conseguir eso se necesita participar en el Sistema Mundo Moderno Capitalista/Colonial (así lo llama el teórico Wallerstein).
Si bien la web permite otros modos de propiedad, como por ejemplo subsidiar el acceso mediante el estado, en la práctica lo que la mayoría vemos sigue siendo propiedad de empresas tradicionales. Los centros de poder tradicionales tienen y ejercen la facultad de manipular el contenido de la web de acuerdo a sus intereses, por ejemplo: 1) Se limita el tipo de información que se puede compartir en internet, mediante juicios por derechos de autor, como hacen las organizaciones de autores y de la industria cultural, organizaciones con siglas como RIAA, MPAA, SADAIC, SGAE, SADE. En argentina hubo recientemente un caso notable de un profesor que publicaba las obras completas de Heidegger y Nietzche en su sitio, con el objetivo de facilitar el aprendizaje a sus estudiantes, sin embargo fue obligado a dar de baja los sitios por la editorial que detenta los derechos de distribución en Argentina de esos títulos. 2) Mediante el desarrollo de las llamadas tecnologías de restricción de derechos digitales (DRM), se puede gestionar a nivel individual, quién tienen acceso a ver determinada información, con mecanismos de encriptación y desencriptación selectiva, esto fué implementado por Apple para el iPod y el iTunes Store, por Microsoft en el Windows Media (los formatos y el reproductor), por Amazon para su lector de libros electrónicos Kindle, y por muchas otras empresas. Desde el hacking hay iniciativas para romper la encriptación, tanto de los formatos de audio y video de consumo popular como en los documentos clasificados del gobierno, es por eso que el control no es absoluto, y da lugar a que existan iniciativas como WikiLeaks que atacan temas sensibles, como la publicación y difusión masiva de documentos secretos de los gobiernos. Interesante leer, sobre este caso, este artículo de La Vanguardia de España, del que extraigo una cita: “No se averguenzan de lo que hacen, pero no quieren que se den a conocer sus métodos”. Además me enteré hoy que en WikiLeaks va a poder leerse un documento en el que el gobierno estadounidense solicita un estudio sobre la salud mental de Cristina Fernández. Las iniciativas de software libre y de código abierto son otro intento de contrarrestar la privatización de la propiedad y la centralización que esta conlleva, ya que pretenden distribuir en una comunidad de colaboradores tanto la autoría como la responsabilidad por el buen funcionamiento de las herramientas. Además, como espacios de creación colectiva y de articulación internacional, permiten en su seno lo que se podría llamar pensamiento fronterizo, ya que al abrir espacios de decisión a programadores que viven en realidades diversas (aunque con las salvedades sobre las limitaciones a la diversidad de los colaboradores, que fueron expuestas más arriba) están abriendo la posibilidad al desarrollo de soluciones a otros problemas, de incluir otras historias locales en los diseños globales de los sitios y programas que producen. 3) Se limita quién accede a la información, con dispositivos como el llamado The Great Firewall of China (la gran muralla de fuego china), a través del cual el gobierno monitorea todas las comunicaciones vía internet y tiene el poder de cortarlas, incluso ha llegado a afectar a otros países. Esto, en menor escala, ocurre en otros estados, por ejemplo Turquía, otro caso interesante es el de Cuba, Arabia Saudita, y realmente convendría estudiar la posibilidad de que en Argentina se de algo similar. En este sentido hay iniciativas de redes libres, como Buenos Aires Libre, que permite comunicarse e intercambiar datos sin necesidad de acceder a la gran red, conectando por medio de redes inalámbricas “caseras” a los diferentes nodos o usuarios dentro de la ciudad e impidiendo el espionaje mediante mecanismos de encriptación. 4) Se limita cómo se publica información, además del código HTML, otro caso interesante es el de las tablas de caracteres. Estas son listas ordenadas que asignan un código numérico a cada caracter que se puede escribir en una computadora. Desde que existen computadoras hubo múltiples tablas hasta que todas fueron reunidas en una tabla llamada UNICODE, que durante los últimos 20 años ha ido integrando cientos de alfabetos de diferentes lugares del mundo, otorgando por primera vez una representación unívoca (y numérica) de casi todos los caracteres que se usan en el mundo. Y, si bien no resuelve el problema para los lenguajes que no tienen escritura, estos pueden ser transmitidos en forma de audio.

Con respecto a las cuestiones técnicas, están casi dadas por descontado en todo este artículo, pero no nos olvidemos que es importante elegir bien las herramientas y eso sólo se puede hacer correctamente en base a los objetivos planteados para el proyecto.