Nos fuimos de Mocoa a Pasto

Ya terminó el momento de la selva, el momento de descubrirle la cara a los árboles, de hacer nuevos amigos y de escuchar las cosmovisiones más locas. Ahora estamos en Pasto y pronto volamos a las playas del norte.
Me quedé intrigado por las historias de Don Miguel, quién, luego de una infancia sin amor empezó a preguntarse quién es y por qué está en el mundo, una búsqueda que lo llevo a tatuarse todo el cuerpo, y luego a viajar a China, en donde un constelador familiar le dijo que lo que se había tatuado, sin saberlo, era la historia de su familia. Además explica la historia del mundo con unos cuentos que nunca había escuchado antes. Dice que la tierra era una de las reservas de vida del creador, pero que evolucionaba muy lento, hasta el homo erectus había llegado y de ahí no avanzaba, entonces los Annunaki deciden hacer un experimento y mezclar el ADN de estos homo erectus con el de los atlantes y otras especies, lo que da como resultado un ADN con 12 hebras, de este experimento resultó que estos seres empiezan a evolucionar muy rápido, algunos alcanzan a convertirse en dioses. Entonces el creador, junto con los Annunaki deciden cancelar el experimento y reducir el ADN a 2 hebras, pero no a todos, a los que ya habían llegado a ser dioses los dejaron así, esos son los Illuminati, unas 3000 personas que son quienes dominan el mundo aliados con los Annunaki reveldes.
Yo le respondí con algo que siempre cuenta Enrique, que Borges llama «colegas» a los jerarcas de la iglesia, porque ambos viven de la ficción.

Este ejemplo extremo de mistificación sirve para ilustrar el sincretismo religioso que hay en el centro de sanación del taita Gregorio. Gregorio también habla de OVNIs y de la pacha mama, pero es mucho más moderado, ya que reconoce que lo importante no es cómo se llama a las cosas, si es Dios, Jesús, el sol, o lo que sea, sino que lo importante es sanarse, crecer y evolucionar espiritualmente. Puedo estar de acuerdo con él porque no es necesaria la verdad para sanar.

El matrimonio
La verdad es que fuimos a tener toda esta experiencia porque Leonardo y Sonia se casaban, ellos se conocieron en el Ornoyaco y decidieron casarse ahí, con los Taitas Gregorio y Alfonso como sus padrinos de bodas. El discurso que dió Gregorio antes del casamiento fué muy interesante, porque intentó calmar todas las preocupaciones que surgen en este tipo de actos. Las familias y amigos siempre tienen sus inseguridades, y ni hablar de los mismos novios, que sólo dependen de la confianza en su amor para poder prometerse que van a estar juntos toda la vida. Dice el Taita que su trabajo como padrino será el de guiarlos y ayudarlos para que no se separen, y deseó que ninguno de nosotros fuéramos la causa de esa separación.

El ornoyaco
El ornoyaco es un centro de sanación espiritual, ubicado en una tierra tradicionalmente sagrada en el medio de la selva del Putumayo, hace cuatro años más o menos que empezaron a construirlo a partir de los aportes de la gente que va, tiene una maloca que es donde se hacen las ceremonias, una casa donde la gente vive y una gran cocina, además tiene dos grupos de baños, en total 5 baños y dos duchas. Está en proceso, falta terminar los caminos, la señalización, los pisos, etc. Hay electricidad que sale de una planta generadora que funciona con gasoil, aunque está planificado reemplazarla por un generador hidroeléctrico, ya que la cascada tiene mucha energía.
Las sanaciones se hacen en base a algunas medicinas y conocimientos de tradiciones indígenas, el yagé, que es una bebida que se prepara a partir de ayahuasca y chagro, que sirve para iluminar la mente, la chichaja que es una purga, la hosca o fosca que es un polvo de tabaco que se proyecta soplando con una especie de pipa por las narinas, va directo al cerebro, este me generó muchos vómitos, también hay otro polvo de tabaco que ahora no recuerdo el nombre y no lo probé. También se hacen sanaciones con perfumes, cantos y hojas, estos se soplan (o se escupen) sobre el cuerpo, el pelo, etc. Los olores son muy especiales y alivian mucho en los momentos de incomodidad que a veces generan las medicinas.

La fogata y la música
Quizás lo más importante para mi fueron los encuentros con personas maravillosas que se están buscando a sí mismas, de noche, frente a la fogata, tocando música y cantando hermosas canciones que hablan del amor, de la selva, del yagé, de Dios y de las tradiciones indígenas, creo que eso se llama música andina. Tengo un disco de Libardo, que se hace llamar Danny Durango, y es bastante gracioso, en cuanto pueda lo subiré para compartirlo con ustedes.

Pasto
Ah, claro, que ya me había ido de Mocoa, les cuento de Pasto, que es una ciudad mucho más fría, llegamos con un autobus con muchas luces rojas y muy muy muy muy lento, iba a 10 kilómetros por hora. Hay una parte de la ruta que se llama «el trampolín de la muerte», el chofer paró en un momento para prender una vela en una virgencita en la ruta. Además nos pidieron los pasaportes y todo unos agradables señores vestidos de verde y con ametralladoras. Llegamos muy tarde y dormimos con frío en el Hotel Koala Inn, luego nos levantamos y fuimos a caminar, a ver los restos del carnaval, vimos mientras desarmaban la carroza ganadora, las chicas se nos acercan y nos piden que nos saquemos fotos con ellas, sólo porque somos turistas, es raro. Esta es una ciudad muy colonial, con edificios que tienen cientos de años que se usan para las actividades más contemporáneas, hablamos de arquitectura descolonial con Ilan, pero quizás las cosas van evolucionando por su propio camino, también se sabe que nunca se podrá desterrar lo europeo.
Hace un rato comimos cerezas, ahora vamos a ir a una peña.

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4 comentarios

  1. Anonymous

    Que interesante viaje Tincho, te acompaño en el sentimiento. Te mando un abrazo muy grande y espero verte pronto.
    Tartu

  2. que bonito que escribes sobre cosas que también viví, el otro «polvo» del que hablas es el «yopo», que es muy distinto del tabaco, se casa de una semilla y tiene un efecto que suele ser mas sútil, aunque llegado el caso, también te puede mandar a vomitar… Leo

  3. -estos colombianos están majaretas, Asterix
    -cállate Obelix!

    • El Yagé , es la medicina más completa que conozco, actúa sobre cuerpo, mente y espíritu, es encontrarse con uno mismo, saber a que se vino a este plano terrenal, quienes somos, que queremos y, lo más importante, saber que hay un ser o energía fundamental de la cual hacemos parte, llamase como se llame, que para comunicarnos con ella no necesitamos intermediarios, es de las mejores cosas que he vivido la medicina del yagé, porque en ultimas ella nos pone a resolver nuestros propios problemas mentales, además de curarnos.

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