Pasan los años y todavía creo que hay que cambiar adentro para que las cosas cambien afuera, y sigo sin creer que una revolución violenta pueda llevar a un tiempo de paz.
Algunas personas creen que primero viene el cambio político y después el cambio social y están dispuestas a todo por lograr sus objetivos. Y quizás tienen razón, yo no sé. Sin embargo las atrocidades de la humanidad como el genocidio, el terrorismo de estado, los planes sistemáticos de robo de bebés y represión física y mental a la que se somete a millones de personas en el mundo me parecen inexcusables. Causan un nivel de sufrimiento del cual las sociedades no se recuperan, a veces, después de siglos.
También sé, como dice Gieco, que la justicia sólo se hace en el corazón, «yo no sé si vas a caer, sólo sé que el amor es tenaz y vuelve a salir como el sol».
Tengo miedo de los que tienen miedo
Escuché en México gente decir que quiere mayor intervención militar en el gobierno y me resulta increíble que aún se pueda pedir tal cosa después de saber las consecuencias que tienen los gobiernos militares, aunque quizás acá la percepción es diferente. De hecho en algunos barrios la calle está militarizada, en la zona del centro circulan unas camionetas que tienen una ametralladora montada en el techo y llevan un milico en la caja trasera que va apuntándole a la gente.
La seguridad privada lleva rifles de un metro de largo, dos guardias armados a la entrada de cada centro comercial o en algunos edificios. Y la policía, peor. No entiendo bien la historia de estas políticas, pero a mi me parece que se dedican a amedrentar a la población. Aunque la mayoría de la gente actúa normal alrededor de ellos, no muestran el miedo, y esto es quizás lo más llamativo, lo acostumbrados que están a estar rodeados de gente armada. Imagino que este extremo control armado tiene su correlato en barrios descontrolados donde no se respeta la dignidad ni la vida, pero por suerte no he tenido que internarme en zonas así.
Conservando la memoria
Algo que me gusta del monitoreo parlamentario es que hoy podemos saber quienes votaron en contra de recordar el golpe de estado en Argentina.
Votación para instituir como feriado nacional el Día de la Memoria. Marzo del 2006. El Pro tenía 11 diputados:
– 5 votaron en contra (entre ellos, Esteban Bullrich)
– 6 se ausentaron (entre ellos, el presidente Macri). pic.twitter.com/1VAddhrUD1— Javi C (@javicaches) March 25, 2018
Es muy importante que los pueblos conserven la memoria y no repitan los errores del pasado. Es interesante cómo coinciden quienes no quieren recordar al golpe de estado con quienes quieren liberar militares asesinos, y a su vez coinciden con quienes más esfuerzo hacen por lograr la concentración de medios de comunicación para uniformar el discurso y acotar el debate de ideas.
Me contaron que en México se vivió en dictadura tras dictadura luego de la independencia, y al pasar al período constitucional tuvieron 85 años del mismo partido, con una mínima alternancia en estos últimos años que no alcanzó a cambiar nada sustancial. Si bien cada tanto se implementa alguna política positiva, históricamente el pueblo no ha participado en los procesos de toma de decisiones. Y me cuesta escuchar a gente que no cree que no se puede hacer nada para estar mejor, o que cree que lo único que puede hacer es trabajar y progresar de forma individualista.
Y lo entiendo también, porque se dice que es uno de los países en el que hay mayor cantidad de asesinatos de periodistas. No es fácil creer que se puede lograr algo. Por suerte veo todos los días personas que están construyendo, y es gente que cree internamente que hay esperanza, y que transmite esa misma esperanza al mundo. Como es adentro, es afuera.
Pa
Martín ve, mira , piensa y crece. Beso abrazo y felicitaciones