El mundo es grande, la gente se mueve a través de él.
A algunas personas se les da por controlar los recursos naturales, para beneficio propio y a otros por mantener el equilibro natural para beneficio colectivo. Estas dos lógicas chocan constantemente en el territorio.
Los del beneficio colectivo dirán que dar es recibir, y que toman de la tierra lo que esta les da para sobrevivir, moviéndose hacia la abundancia. Para ellos el acceso a la tierra significa la continuidad de su existencia.
Los del beneficio propio dirán que lo mejor que pueden hacer por los demás es defender sus propios intereses. Para ellos la propiedad de la tierra significa la continuidad de su proyecto, y quienes pasan por *su* territorio son invasores.
En este conflicto algunos ponen el cuerpo propio, es llegar o morir. En cambio otros controlan cuerpos ajenos y aunque su ejército muera, ellos rara vez se exponen.
Las barreras, los muros, las aduanas, las policías migratorias. Todo esto son obstáculos al movimiento, a la invasión.
Entre los cuerpos no hay diferencia más que el proyecto para el que trabajan, con mayor o menor grado de consciencia, y los recursos que ese proyecto puede poner en sus manos para la batalla.
Lo interesante es que quieres controlan los recursos naturales tienen cada vez más recursos y mejores ejércitos, entonces mantener el equilibrio natural resulta cada vez más complicado.
Esto no tiene por qué ser siempre así, por suerte estamos vivos y no sólo podemos observar el desarrollo de estos conflictos, sino intentar influir, con pequeñas o grandes acciones, con nuestro cuerpo o con nuestra consciencia.
Hay quienes deciden dedicar energía de sus proyectos personales a proyectos colectivos, los veo todos los días, intentando reconstruir las redes de solidaridad.
Hay quienes siguen en el territorio, poniendo el cuerpo.
También están los que deciden dedicar energía a sus proyectos personales, los veo todos los días, defendiendo sus bienes personales.
Se aíslan del territorio, se rodean de ejércitos.
¿Cuántos hay de los unos y de los otros? ¿Cuánto hay de cada uno de ellos en cada uno de nosotros?