Mesitas del colegio
Este nombre peculiar pertenece a un pueblo del sudoeste de Bogotá, cerca de la cascada del Tequendama, que está sobre el negro, contaminado y oloroso Río Bogotá. La cascada es hermosa, la vi desde el autobus el Domingo a la mañana cuando volvíamos de la finca en la que pasamos la noche con otras 50 personas que fueron a tomar yagé con el Taita Gregorio. ¿Cuál es la diferencia de tomar en la selva o en la ciudad? En mi experiencia, fué algo mucho más enfocado, sobre el mismo tema, sobre mi, mi identidad y mi forma de ser, mis proyectos… esos fueron los temas en los que avancé, mientras que en la selva se trataba de mi comprensión sobre lo que es el úniverso y cuál es mi lugar en él, algo mucho más abstracto. Otra característica es que la experiencia, aunque fué agradable, no fué tan sociable como en la selva, es decir, cada uno estaba en su proceso y había menos charla, menos posibilidad de conocernos.
Charla de programación web accesible
Cuando Natalia me dijo de organizar una charla de una semana para otra sonaba ridículo, sin embargo conseguimos que 53 personas se inscribieran para venir, de ellas asistieron 25 y casi todas pagaron, lo cual fué muy importante porque yo ya había dado esta misma charla de forma gratuita en Buenos Aires y esta fué la oportunidad de capitalizar ese esfuerzo. Varias personas se acercaron a saludarme, algunas con dudas y otras con propuestas, así que el éxito no quedó sólo en la difusión de la accesibilidad ni en la recaudación, sino también en la apertura de nuevos contactos y nuevas posibilidades para mi y para varios de los que asistieron.
Me quedan pocos días en esta ciudad, trataré de aprovecharlos al máximo.